Hace unos años, estuve recorriendo EEUU y una de las paradas fue Nueva Orleans, la cuna del jazz, allí encontré una calle llena de galerías de arte, anticuarios y tiendas de curiosidades (de esas que puedes encontrar cualquier cosa) y fue muy curioso como la encontré.
Sábado noche, la calle muy animada con gente entrando y saliendo de los locales con vasos de bebida en la mano y con un ambiente muy festivo, cuando entramos en la primera galería de arte, realmente fue una sorpresa, pinturas, óleas, esculturas…, la gente las miraba, comentaban entre ellos, se reían y disfrutaban, también comían y bebían, entraban libremente, iban de una a otra, todas las galerías y anticuarios abrían sus puertas de par en par, sin presentaciones formales de sus exposiciones (que supongo también tendrán), sin preocuparse por el perfil de la gente que entraba, si eran compradores o no, la cuestión es que la gente conociese qué es lo que cada uno tenía, qué artístas llevaban, qué obras, óleos, esculturas…piezas, que entendiesen el arte como un placer y no como algo exclusivo de un público exclusivo y elitista.
Y entre esta amalgama de galerías, gente, obras… encontré la Galería Rinard, me llamó la atención por unas divertidas figuritas de perros que estaban en la entrada
Entré y me encantaron sus originales de Rinard, Menconi, Williams y Guthrie.
Que tal quedarían con una moldura clásica como esta
en un salón clásico, o en una entrada, o incluso en el baño,…creo que imaginación es lo único que hace falta para buscarle un hueco.
Puede que no tengais los mismos gustos que yo, eso no importa, lo importante es que desde entonces entro en las galerías de arte, con el pensamiento de que son como pequeños museos, y disfruto, creo que es importante entrar, igual os sorprende lo que encontreis…
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